El meloncillo (del latín meles, tejón) (Herpestes ichneumon), también conocido vulgarmente como mangosta común o egipcia, es una especie de mamífero carnívoro de la familia Herpestidae. Es un mamífero de pequeño tamaño y la única especie europea de su familia.
El meloncillo tiene una silueta alargada y afilada, con el pelaje de coloración uniforme pardo grisáceo y los pelos color negro con la punta crema, los cuales son largos, midiendo entre 6 y 8 cm, bajo los que se encuentra una borra densa y suave. Las patas son oscuras y cortas, con cinco dedos en cada pie y garras afiladas y curvadas que utiliza para excavar y no son retráctiles. Tiene la cola ancha en su base y con mechón de pelos largos y negros en su punta y las orejas son cortas anchas y redondeadas. Un rasgo distintivo de esta especie es que tiene la pupila horizontal, algo excepcional entre los carnívoros. Además presenta una bolsa anal de gran tamaño, con dos aberturas glandulares.
El cuerpo mide entre 48 y 60 cm; y la cola, entre 33 y 54 cm. Su peso oscila entre 1,7 y 4 kg.
Se encuentra principalmente en África al sur del Sahara, desde el sur de Senegal y Gambia hasta África oriental, así como en Angola, Zambia, Malaui y Mozambique. Falta en la mayor parte del África austral, aunque se encuentra en el noreste de Namibia, norte de Botsuana, noreste de Zimbabue y a lo largo de la costa de Sudáfrica. Además de en África, existe en la península del Sinaí, sur de Turquía, y en Europa, en la península Ibérica, donde muestra una ligera tendencia expansiva y ocupa la zona suroccidental, siendo principalmente abundante en el Algarve, Sierra Morena, Coto de Doñana y serranías de Málaga y Cádiz.
Habita en zonas costeras, lacustres y ribereñas, como marismas y pantanos, evitando los bosques húmedos y desiertos extremos.
Se piensa que su distribución en la península Ibérica se debe a una
introducción antigua, debido a que la especie se encuentra ausente en el
registro fósil europeo. Probablemente fuera introducido por los fenicios, con la intención de eliminar de sus casas los ratones y reptiles.
Tanto nocturno como diurno, el meloncillo cuando está con las crías
se desplaza de una forma muy original, cada una de ellas, bajo la cola
del siguiente, dando lugar a una forma de serpiente, lo que le ha valido
el apelativo de serpiente peluda, y algún susto a algún cazador que ha
creído ver una enorme serpiente que con el disparo se desvanecía en
muchos trozos. Puede con serpientes venenosas como las víboras, a las
que da muerte esquivando su venenosa mordedura.
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