La lagartija ibérica (Podarcis hispanicus) es una especie de reptil escamoso de la familia Lacertidae que vive en la Península Ibérica (excepto áreas de alta montaña y noroeste de Galicia), norte de África y sureste de Francia, donde sigue el curso del Ródano hasta Lyon. Algunas poblaciones habitan en islotes cercanos a las costas ibéricas (como por ejemplo las Islas Columbretes, donde existe la subespecie endémica Podarcis hispanicus atrata, amenazada) donde son más sensibles a la actividad humana. La especie también es conocida como lagartija común y lagartija hispánica, así como sargantana o sargrantana en el este de España.
El rango de tamaños más común entre los machos varía entre 4,2 y 5,9 centímetros de la punta del morro a la cloaca,
aunque algunos individuos pueden alcanzar los 6,5 cm. Las hembras, más
pequeñas y gráciles, miden de 4,1 a 5,7 cm. La cola puede llegar a
alcanzar hasta 10 centímetros, prácticamente el doble que el resto del
cuerpo. Al igual que en otros reptiles emparentados, parte de ésta se
desprende y mueve frenéticamente cuando es atrapada por un depredador,
permitiendo escapar a la lagartija. Además de en el tamaño y la
corpulencia, los machos se diferencian de las hembras por su cabeza
masiva, triangular y de escamas más marcadas, así como en la mayor longitud de las patas, sobre todo las traseras.
El color y dibujo de la piel varía enormemente de una zona a otra e
incluso entre individuos de una misma población. Por lo general es
pardo-verdoso, a veces rojizo en la zona de la espalda, cuello y cabeza.
En estos lugares pueden aparecer moteaduras o retículas, algo
característico de los machos. Predomina la presencia de bandas
laterales, especialmente en las hembras, entre las que destacan dos
gruesas y oscuras que pueden ir perfiladas por otras amarillentas más
delgadas. El pecho, aplanado, es de color amarillento y presenta menos
escamas ventrales en machos (25-30) que en hembras (28-36). La cola
también posee un rango de colores enormemente variable (pardo, verdoso,
rojizo, amarillento o incluso azulada característica propia de los
ejemplares juveniles), pudiendo ser uniforme, con dos colores distintos o
incluso con manchas oscuras alineadas a todo lo largo de la misma.
La lagartija hispánica abunda con mayor frecuencia en terrenos
rocosos o pedregosos, donde cuenta de forma simultánea con plataformas
donde tomar el sol y refugios donde esconderse en caso de peligro. En
zonas rurales habita también en casas y muros de piedra que le
proporcionan las mismas características; se encuentra también en áreas
de bosque, pradera y matorral, aunque algunas actividades humanas
asociadas a la agricultura
extensiva pueden haberla hecho desaparecer de algunas zonas. Las
lagartijas ibéricas no muestran un auténtico comportamiento territorial.
Los ejemplares de esta especie no hibernan realmente, sino que se mantienen activos la mayor parte del año. Sólo la existencia de episodios realmente fríos en el invierno
pueden forzarlos a no abandonar sus refugios durante un tiempo. Por
esta razón, la especie está ausente en las áreas más frías de la
Península ibérica como el noroeste de Asturias y Galicia, así como en las áreas de montaña por encima de los 1650 msnm.
Depreda sobre todo insectos y arácnidos de menos de 25 mm de longitud, tanto en tierra como sobre los árboles. A su vez, es presa de múltiples depredadores entre los que se incluyen el lagarto ocelado, varias culebras, aves y mamíferos carnívoros como la comadreja, el gato montés y el doméstico (asilvestrado o no).
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