El Parque Natural de los alcornocales se encuentra al sur de Andalucía, a pocos kilomentros de África, es uno de los más grandes de España, dónde los vientos y el agua, hacen un milagro de diversidad y vegetación único en el Sur de Europa.
En el extremo occidental de la cordillera bética, con una superficie de casi 170.000 hectáreas este parque natural contiene el alcornocal más extenso de la península y uno de los mayores del mundo, su alargada franja verde se adentra en la provincia de Cádiz, desde el sur al norte, hasta tocar las tierra malagueñas.
El agua tiene una presencia destacada en este espacio natural, además de los acuíferos y de los seis ríos que lo atraviesan, los vientos atlánticos y de levante, dejan a su paso lluvia y nieblas constantes en las cumbres de la sierra, en un fenómeno conocido como lluvia horizontal que propicia el desarrollo de una flora singular y tupida.
Los valles más hondos, junto a los ríos y arroyos se extienden los canutos, fondas riberas características de este hábitat que son únicas en Europa, como en una selva la altura de la vegetación casi no dejan pasar la luz del sol, en este microclima bebiendo de la humedad y la umbría, una vegetanción de tipo tropical va colonizando el terreno envuelta en neblinas, por eso ha adoptado el hermoso nombre de bosques de niebla.
Este entorno natural tan húmedo también propicia una riqueza micológica sin igual, existiendo una amplia afición a la micología, y convirtiéndose en un recurso económico de cierta importancia, prueba de ello es la Lonja Micológica de Jimena de la Frontera.
Con su red de observatorios los Alcornocales es el paraíso de la ornitología, por este cielo planean cigüeñas, milanos, halcones, águilas, buitres y alimoches, el parque es el paso obligado desde África para miles de aves que repartidas en los más de 20 hábitats del parque esperarán el momento idóneo para cruzar el estrecho.
En la sierra habita una de las últimas poblaciones de corzo morisco, una raza endémica de Andalucía, también ciervos, jinetas, nutrias, hurones, comadrejas y zorros, en el frescor de los arroyos y los matorrales, viven hasta 10 especies de anfibios y 20 de reptiles.
Cada nueve años durante los meses de Junio y Agosto se realiza el descorche en los Alcornocales, con la misma técnica de antaño, la pela se lleva a cabo durante el período vegetativo, de máxima actividad para que el árbol se regenere antes de la próxima recolección, tras la faena las panas de corcho se colocan en las mulas y es el mejor medio de transporte en las escarpadas laderas de la sierra, los alcornoques constituyen uno de los recursos económicos del parque, su enorme extensión representa el 50% de la obtención de corcho en Andalucía y una cuarta parte de la producción nacional.
En el extremo occidental de la cordillera bética, con una superficie de casi 170.000 hectáreas este parque natural contiene el alcornocal más extenso de la península y uno de los mayores del mundo, su alargada franja verde se adentra en la provincia de Cádiz, desde el sur al norte, hasta tocar las tierra malagueñas.
El agua tiene una presencia destacada en este espacio natural, además de los acuíferos y de los seis ríos que lo atraviesan, los vientos atlánticos y de levante, dejan a su paso lluvia y nieblas constantes en las cumbres de la sierra, en un fenómeno conocido como lluvia horizontal que propicia el desarrollo de una flora singular y tupida.
Los valles más hondos, junto a los ríos y arroyos se extienden los canutos, fondas riberas características de este hábitat que son únicas en Europa, como en una selva la altura de la vegetación casi no dejan pasar la luz del sol, en este microclima bebiendo de la humedad y la umbría, una vegetanción de tipo tropical va colonizando el terreno envuelta en neblinas, por eso ha adoptado el hermoso nombre de bosques de niebla.
Este entorno natural tan húmedo también propicia una riqueza micológica sin igual, existiendo una amplia afición a la micología, y convirtiéndose en un recurso económico de cierta importancia, prueba de ello es la Lonja Micológica de Jimena de la Frontera.
Con su red de observatorios los Alcornocales es el paraíso de la ornitología, por este cielo planean cigüeñas, milanos, halcones, águilas, buitres y alimoches, el parque es el paso obligado desde África para miles de aves que repartidas en los más de 20 hábitats del parque esperarán el momento idóneo para cruzar el estrecho.
En la sierra habita una de las últimas poblaciones de corzo morisco, una raza endémica de Andalucía, también ciervos, jinetas, nutrias, hurones, comadrejas y zorros, en el frescor de los arroyos y los matorrales, viven hasta 10 especies de anfibios y 20 de reptiles.
Cada nueve años durante los meses de Junio y Agosto se realiza el descorche en los Alcornocales, con la misma técnica de antaño, la pela se lleva a cabo durante el período vegetativo, de máxima actividad para que el árbol se regenere antes de la próxima recolección, tras la faena las panas de corcho se colocan en las mulas y es el mejor medio de transporte en las escarpadas laderas de la sierra, los alcornoques constituyen uno de los recursos económicos del parque, su enorme extensión representa el 50% de la obtención de corcho en Andalucía y una cuarta parte de la producción nacional.
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