El íbice ibérico o cabra montés (Capra pyrenaica) es una de las especies de bóvidos del género Capra que existen en Europa. Las otras especies del género son el íbice alpino o cabra de los Alpes (Capra ibex), el íbice siberiano (Capra sibirica), el tur del Cáucaso occidental (Capra caucasica), el tur del Cáucaso oriental (Capra cylindricornis), la cabra salvaje o cabra bezoar (Capra aegagrus), el markhor (Capra falconeri), el íbice de Nubia (Capra nubiana) y el íbice de Etiopía (Capra walie). Antiguamente repartido por el sur de Francia, Andorra, España y Portugal, el íbice ibérico es un endemismo que actualmente se encuentra principlamente en las áreas montañosas de España y del norte de Portugal.
El íbice ibérico es una especie con fuerte dimorfismo sexual, al igual que muchos otros bóvidos. Las hembras miden unos 1,20 metros de largo y otros 60 de altura en la cruz, pesando entre 30 y 45 kilos.
Tiene cuernos bastante cortos y se parece bastante a una cabra
doméstica, aunque la cabra doméstica tendría su origen en la cabra
bezoar (Capra aegagrus) y/o en el markhor (Capra falconeri).
Los machos, en cambio, pueden llegar a los 148 centímetros de largo y
tener una altura de 77 centímetros en la cruz, alcanzando un peso máximo
de 110 kilos. Los cuernos de los machos son notablemente gruesos y
pueden llegar a ser el triple de largos que los de las hembras. Están
más separados entre sí que los cuernos de otras especies del género Capra. Los machos adultos tienen también una cara más alargada y la típica barba de chivo oscura bajo la mandíbula.
El color y longitud del pelaje varía según las subespecies y la época del año, tornándose más largo y grisáceo en invierno. Tras las mudas de pelo de abril y mayo,
el color es pardo o canela, con manchas oscuras en la parte inferior de
las patas que en los machos adultos pueden extenderse hacia los
costados, hombros y vientre. La parte central de éste es blanca en ambos
sexos, y la cola negra y corta (12-13 cm.). La fenología
del pelaje podría ser uno de los factores importantes en los ciclos
estacionales de algunos parásitos transmitidos por contacto como son por
ejemplo los ácaros causantes de la sarna sarcóptica.
Esta especie se desenvuelve por igual de día y de noche, aunque sus
máximas horas de actividad se localizan por la mañana y a finales de la
tarde, cerca del crepúsculo. En invierno desarrollan su actividad en las
horas centrales del día, que es cuando hace más calor.
Son animales sociables, pero cambian a menudo de manada. Ésta puede
estar constituida por machos adultos, hembras con sus crías o
adolescentes de ambos sexos (en este último caso, sólo durante el
verano). Los machos y las hembras adultas se reúnen en la época de celo,
en los meses de noviembre y diciembre
-caracterizados por los violentos combates cabeza contra cabeza de los
machos. La inversión en masa testicular es un factor muy importante en
los procesos de selección sexual.
En el íbice ibérico esta inversión es mayor durante la temporada de
celo, especialmente en edades en las que los individuos son subordinados
que optan por una estrategia reproductiva de persecución y no de
monopolización de la hembra.[7] Las crías (una por parto) nacen en mayo.
Habitan tanto en bosques como en extensiones herbáceas, en cotas
montañosas de entre 500 y 2500 metros de altura. La dieta es
predominantemente herbácea, aunque en invierno se torna más arbustiva.
Si es necesario, excavan en la nieve para acceder hasta la vegetación.
Se conocen cuatro subespecies de cabras montesas, dos de las cuales se han extinguido en tiempos recientes. No obstante, varios autores han puesto en duda su validez. Estas subespecies son las siguientes:
- Capra pyrenaica hispanica, con una distribución discontinua que se extiende por las cordilleras cercanas al Mar Mediterráneo. Alcanza su mayor concentración en Sierra Nevada.
- Capra pyrenaica victoriae, distribuida de forma desigual en las cordilleras del centro y norte de España. Su principal población está en la Sierra de Gredos, donde moran unos 10000 ejemplares. Considerada subespecie cinegética, bajo ciertas restricciones.
- Capra pyrenaica pyrenaica, subespecie-tipo situada originalmente en los Pirineos franceses y españoles, llamada popularmente bucardo. El último ejemplar murió en enero de 2000.
- Capra pyrenaica lusitanica, era conocida como mueyu. Distribuida originalmente por las montañas fronterizas entre Galicia y Portugal, se extinguió en 1892 en la Sierra de Geres (Portugal).
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