Pinus canariensis, el Pino canario o Pino de Canarias es una conífera endémica de las Islas Canarias. El pino canario se considera, según una ley del Gobierno de Canarias, el símbolo natural de la isla de La Palma, conjuntamente con la graja.
El árbol adulto puede llegar a medir más de 40 m de altura y 2,5 m de diámetro su tronco, aunque lo normal es que tenga entre 15 y 25 m de altura y un diámetro de 1 m.
La corteza es de color pardo claro, siendo casi lisa en los ejemplares jóvenes, pero a medida que envejecen se engrosa rápidamente y se resquebraja, adoptando un color rojo parduzco. En los ejemplares más viejos, el ritidoma, muy engrosado e irregular, forma placas lisas con la apariencia de espejuelos, de un color gris ceniciento.
En los primeros años de su vida presenta un crecimiento muy rápido, con ramas horizontales con abundantes ramificaciones secundarias erectas (las del año), con lo cual el aspecto del árbol es piramidal, para luego, y al cesar el crecimiento en altura, pasar su forma a ser más aparasolada.
Las hojas son verdes, aciculares, que se desarrollan sobre los brotes del año, erectos y amarillentos que crecen de yemas gruesas, ovalado-cilíndricas y recubiertas por escamas membranosas pardo-rojizas. Este pino posee tres acículas por vaina, el único de este tipo en Eurafrasia occidental, estando el más cercano en el Himalaya (Pinus roxburghii), que presenta un gran parecido con el canario.
Hay dos tipos diferentes de hojas del período infantil del árbol, que duran hasta 2 años sobre el árbol, son tríquetras y se presentan densamente agrupadas en el extremo de los ramillos, siendo cortas, glaucas, acuminadas y finalmente serradas en sus márgenes por lo que resultan ásperas al tacto, y las verdaderas hojas, que se agrupan de tres en tres en un estuche o vaina basal membranosa (braquiblasto); son de color verde claro, muy finas y flexibles, de 20 a 30 cm de largo por 1 mm de espesor.
Fruto del pino, piña.
La época de floración va de marzo a mayo. Las inflorescencias masculinas y femeninas se encuentran separadas. Las masculinas son amentiformes (en espigas cónicas) de 5 a 10 cm de largo, de color amarillo-verdoso; constituidas por numerosos estambres que contienen gran cantidad de polen aerodivagante. Las inflorescencias femeninas están dispuestas en estróbilos múticos de color verdoso-rojizo que en la madurez se transforman en conos (piñas) oblongo-fusiformes (forma de huso), pardo-rojizas y lustrosas, que pueden llegar a medir de 12 a 18 cm de largo por 8 a 10 de diámetro en su parte más ancha; subsentadas o provistas de un corto y grueso pedúnculo. Tardan en madurar (dependiendo de la situación ecológica) de 24 a 30 meses; pasado este tiempo se habrán formado los piñones, dos por cada escama del estróbilo.
La fructificación, es decir, el cono propiamente dicho (el estróbilo inmaduro) está formada por escamas subsentadas a lo largo de un eje leñoso central que solo se abre cuando las condiciones externas, especialmente la sequedad del ambiente, separan las escamas, o bien al caer el cono del árbol dejando en libertad los piñones en su choque contra el suelo. Los piñones presentan un ala que facilita su propagación aérea. En su morfología externa, el piñón está envuelto por las cubiertas tegumentarias que forman la testa, que es muy dura, negruzca por un lado, grisácea y moteado oscuro por el otro. El ala es membranosa, no está articulada, y mide de 18 a 20 mm de largo, siendo recta por uno de sus lados y arqueada en el otro, estando toda ella recorrida por estrías negras.
El piñón en sí es oblongo, con endopleura de color marrón claro y albumen blancuzco que encierra un embrión con seis a ocho cotiledones. Tiene un peso medio de unos 100 mg cada semila.
Antiguamente el pino canario sufrió una tala abusiva, debido a lo apreciada que es su madera, la tea, por su belleza, facilidad de trabajarla, y la capacidad de mantenerse inalterada con el paso de los años, algo único entre los demás pinos peninsulares y mediterráneos. El proceso de enteamiento se realiza a partir del centro de forma regular y continua, pasando anillo por anillo hasta la situación de enteamiento uniforme, por lo que su rendimiento para la extracción de esta madera es muy superior y más aprovechable que la de otros pinos.
Bosque de pinos canarios con las huellas visibles de un incendio anterior. Foto tomada el 12 de diciembre de 1999 desde el Mirador de La Cumbrecita, en la Isla de La Palma.
Otra característica muy importante es su resistencia al fuego gracias en parte a la gran capa corchosa, que cubre sus troncos que lo aísla del calor y las llamas, y que además tiene la capacidad de rebrotar de cepa, emitiendo incluso ramas a ras de suelo a partir de los vástagos que tienen hojas glaucas. Se considera que es realmente la presencia de parénquima transversal (un tejido alimenticio con disposición radial que favorece la regeneración de las células de los meristemos de crecimiento, incluso después de verse afectadas por el fuego) el que proporciona a esta especie su gran capacidad de regeneración (se trata de un tejido habitual en frondosas, pero prácticamente inexistente en casi ninguna especie de coníferas). Esto le ha valido que haya sido seleccionado para reforestar montes arrasados por incendios en el sur de Europa.
[editar] Madera
Este pino produce dos tipos de madera, la madera blanca y la de tea. La madera blanca, muy parecida a la de los pinos euromediterráneos, de un color blanco ligeramente rojizo, con el duramen y la albura perfectamente diferenciados al igual que los anillos primaverales y otoñales, esta madera es semipesada y semidura, de estructura homogénea y de grano fino. La madera enteada es de color uniforme fuertemente acaramelado; duramen y albura perfectamente diferenciados y translúcida al despiece. Es una madera muy pesada y dura, de estructura homogénea y grano muy fino.
La corteza es de color pardo claro, siendo casi lisa en los ejemplares jóvenes, pero a medida que envejecen se engrosa rápidamente y se resquebraja, adoptando un color rojo parduzco. En los ejemplares más viejos, el ritidoma, muy engrosado e irregular, forma placas lisas con la apariencia de espejuelos, de un color gris ceniciento.
En los primeros años de su vida presenta un crecimiento muy rápido, con ramas horizontales con abundantes ramificaciones secundarias erectas (las del año), con lo cual el aspecto del árbol es piramidal, para luego, y al cesar el crecimiento en altura, pasar su forma a ser más aparasolada.
Las hojas son verdes, aciculares, que se desarrollan sobre los brotes del año, erectos y amarillentos que crecen de yemas gruesas, ovalado-cilíndricas y recubiertas por escamas membranosas pardo-rojizas. Este pino posee tres acículas por vaina, el único de este tipo en Eurafrasia occidental, estando el más cercano en el Himalaya (Pinus roxburghii), que presenta un gran parecido con el canario.
Hay dos tipos diferentes de hojas del período infantil del árbol, que duran hasta 2 años sobre el árbol, son tríquetras y se presentan densamente agrupadas en el extremo de los ramillos, siendo cortas, glaucas, acuminadas y finalmente serradas en sus márgenes por lo que resultan ásperas al tacto, y las verdaderas hojas, que se agrupan de tres en tres en un estuche o vaina basal membranosa (braquiblasto); son de color verde claro, muy finas y flexibles, de 20 a 30 cm de largo por 1 mm de espesor.
Fruto del pino, piña.
La época de floración va de marzo a mayo. Las inflorescencias masculinas y femeninas se encuentran separadas. Las masculinas son amentiformes (en espigas cónicas) de 5 a 10 cm de largo, de color amarillo-verdoso; constituidas por numerosos estambres que contienen gran cantidad de polen aerodivagante. Las inflorescencias femeninas están dispuestas en estróbilos múticos de color verdoso-rojizo que en la madurez se transforman en conos (piñas) oblongo-fusiformes (forma de huso), pardo-rojizas y lustrosas, que pueden llegar a medir de 12 a 18 cm de largo por 8 a 10 de diámetro en su parte más ancha; subsentadas o provistas de un corto y grueso pedúnculo. Tardan en madurar (dependiendo de la situación ecológica) de 24 a 30 meses; pasado este tiempo se habrán formado los piñones, dos por cada escama del estróbilo.
La fructificación, es decir, el cono propiamente dicho (el estróbilo inmaduro) está formada por escamas subsentadas a lo largo de un eje leñoso central que solo se abre cuando las condiciones externas, especialmente la sequedad del ambiente, separan las escamas, o bien al caer el cono del árbol dejando en libertad los piñones en su choque contra el suelo. Los piñones presentan un ala que facilita su propagación aérea. En su morfología externa, el piñón está envuelto por las cubiertas tegumentarias que forman la testa, que es muy dura, negruzca por un lado, grisácea y moteado oscuro por el otro. El ala es membranosa, no está articulada, y mide de 18 a 20 mm de largo, siendo recta por uno de sus lados y arqueada en el otro, estando toda ella recorrida por estrías negras.
El piñón en sí es oblongo, con endopleura de color marrón claro y albumen blancuzco que encierra un embrión con seis a ocho cotiledones. Tiene un peso medio de unos 100 mg cada semila.
Antiguamente el pino canario sufrió una tala abusiva, debido a lo apreciada que es su madera, la tea, por su belleza, facilidad de trabajarla, y la capacidad de mantenerse inalterada con el paso de los años, algo único entre los demás pinos peninsulares y mediterráneos. El proceso de enteamiento se realiza a partir del centro de forma regular y continua, pasando anillo por anillo hasta la situación de enteamiento uniforme, por lo que su rendimiento para la extracción de esta madera es muy superior y más aprovechable que la de otros pinos.
Bosque de pinos canarios con las huellas visibles de un incendio anterior. Foto tomada el 12 de diciembre de 1999 desde el Mirador de La Cumbrecita, en la Isla de La Palma.
Otra característica muy importante es su resistencia al fuego gracias en parte a la gran capa corchosa, que cubre sus troncos que lo aísla del calor y las llamas, y que además tiene la capacidad de rebrotar de cepa, emitiendo incluso ramas a ras de suelo a partir de los vástagos que tienen hojas glaucas. Se considera que es realmente la presencia de parénquima transversal (un tejido alimenticio con disposición radial que favorece la regeneración de las células de los meristemos de crecimiento, incluso después de verse afectadas por el fuego) el que proporciona a esta especie su gran capacidad de regeneración (se trata de un tejido habitual en frondosas, pero prácticamente inexistente en casi ninguna especie de coníferas). Esto le ha valido que haya sido seleccionado para reforestar montes arrasados por incendios en el sur de Europa.
[editar] Madera
Este pino produce dos tipos de madera, la madera blanca y la de tea. La madera blanca, muy parecida a la de los pinos euromediterráneos, de un color blanco ligeramente rojizo, con el duramen y la albura perfectamente diferenciados al igual que los anillos primaverales y otoñales, esta madera es semipesada y semidura, de estructura homogénea y de grano fino. La madera enteada es de color uniforme fuertemente acaramelado; duramen y albura perfectamente diferenciados y translúcida al despiece. Es una madera muy pesada y dura, de estructura homogénea y grano muy fino.
De forma natural se encuentra formando masas boscosas en las islas de Tenerife, La Palma, Gran Canaria y El Hierro, especialmente en las tres primeras. En La Gomera se ha introducido artificialmente junto a otras especies de pino europeas.
La distribución geográfica del pino canario en las islas no se
corresponde con la que primitivamente tuvo. El pino ocupa hoy nichos
ecológicos que no le corresponden, formando comunidades de transición
que se han establecido de por sí permanecen en un equilibrio estable.
Normalmente forma asociaciones monoespecíficas (bosque de pinares),
aunque acompañado de algunas otras plantas vasculares de poca
importancia. Los pinares puros se localizan entre los 700 y 1.200 msnm
En Ceuta también se presenta una pequeña comunidad de este pino
canario y algún ejemplar aislado por el resto del territorio ceutí.
Es una especie muy adaptable, altamente tolerante a muy diversos tipo
de suelo siendo capaz incluso de desarrollarse en paredes de roca viva
casi verticales; debido a su alta valencia ecológica puede vivir en un
amplio rango de alturas, desde unos 100 msnm
hasta los 2000 msnm, siendo poco exigente en la demanda de humedad,
riego, y exposición al sol, aunque prefiere las zonas soleadas y secas.
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