La gineta, jineta o gato almizclero (Genetta genetta) es una especie de mamífero carnívoro de la familia de los vivérridos, una de las dos que se consideraban antes de esta familia y se pueden encontrar actualmente en Europa; la otra es la mangosta llamada meloncillo, que hoy en día se adscribe a la familia Herpestidae.
La gineta está presente en la península ibérica, las Islas Baleares y Francia, y parece expandirse actualmente hacia el norte y el este del continente. También se puede encontrar en Oriente Medio y en buena parte del continente africano,
con la excepción principal de las zonas desérticas. Se cree que su
presencia en Europa es reciente y que fue introducida por el hombre de
forma tal vez involuntaria, como mascota que se asilvestró, como simple polizón en alguno de los barcos que siempre han cruzado el Estrecho de Gibraltar o introducida para cazar ratas en los alrededores de las granjas, ya sea por los árabes o por los romanos.
Llegó a Europa desde el norte de África a través de la Península ibérica. Está muy extendida la teoría de que fue precisamente durante la ocupación árabe en el siglo VIII.
Sin embargo, esta teoría goza de poco prestigio en la actualidad, y se
cree que la introducción de la gineta habría sido más temprana.[cita requerida]
Se tiene constancia de que los romanos tenían ginetas como mascotas en sus casas antes de que los gatos domésticos fuesen importados desde Egipto, y que en tiempos de Augusto se introdujo en las Baleares un misterioso animal bajo el nombre de ictis para que acabara con la plaga de conejos cimarrones
que entonces infestaba las islas. Dado que el gato no era conocido por
este nombre y que en las Baleares no existen indicios del meloncillo ni
de otras mangostas, tal ictis sólo pudo ser la gineta o, si acaso, alguna especie de marta.
Por su aspecto, de estampa felina, la gineta se asemeja a un gato
alargado de pelo amarillento a grisáceo, salpicado de motas negras en
el cuerpo, y en la cola manchas anilladas. En la cola el pelo es más
largo y cumple funciones estabilizadoras en los saltos y persecuciones.
El cuerpo puede llegar a los 55-60 centímetros,
longitud que iguala o supera la cola, pudiendo superar el metro de
longitud desde la cabeza a la cola. La altura en la cruz es de 20
centímetros, y el peso oscila entre 1,2 y 2,5 kilos.
La gineta tiene una cabeza cónica que se afina hacia el hocico. Los
ojos grandes de color pardo están enmarcados sobre manchas de color
blanco que contrastan con una franja negra que rodea la base del hocico;
a ambos lados del éste, hay bigotes
largos y muy sensibles. Las orejas son grandes y erectas, y redondeadas
en su extremo. El cuerpo es alargado y elástico, con unas patas
anteriores cortas en contraste con las traseras, más largas y
musculadas, que facilitan los hábitos trepadores de este animal. Los
pies son redondeados, con uñas semirretráctiles.
Viven generalmente en bosques, pero pueden adaptarse a las praderas,
y trepan bastante bien. Se adaptan con facilidad a todo tipo de medios
gracias a su escasa especialización (de hecho, resultan bastante
parecidas a los miácidos, los primeros carnívoros que aparecieron en el Eoceno
y dieron lugar a todos los grupos actuales). Las poblaciones europeas
parecen estar desarrollando una resistencia al frío cada vez mayor.
Las ginetas son depredadores
nocturnos que viven y cazan de forma solitaria, aunque toleran la
presencia de otros individuos de su misma especie en las cercanías.
Ocasionalmente, las hembras cooperan en la caza con sus crías subadultas o con algún macho.
En libertad, las ginetas viven alrededor de 10 años, pero en cautividad llegan a los 20. No tienen auténticos depredadores, aunque a veces pueden ser cazadas por algunas aves de presa o por zorros.
En el norte de África
se las domestica con cierta regularidad en las zonas rurales, donde, al
igual que los gatos, libran a las granjas de pequeños animales. Son
animales de mordisco fácil: los ejemplares criados en cautividad deben
manejarse con precauciones, pues se van tornando más ariscos con la
edad.
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