viernes, 12 de octubre de 2012


Genetta genetta - Gineta, jineta o gato almizclero

Genetta genetta - Gineta, jineta o gato almizclero
La gineta, jineta o gato almizclero (Genetta genetta) es una especie de mamífero carnívoro de la familia de los vivérridos, una de las dos que se consideraban antes de esta familia y se pueden encontrar actualmente en Europa; la otra es la mangosta llamada meloncillo, que hoy en día se adscribe a la familia Herpestidae.
La gineta está presente en la península ibérica, las Islas Baleares y Francia, y parece expandirse actualmente hacia el norte y el este del continente. También se puede encontrar en Oriente Medio y en buena parte del continente africano, con la excepción principal de las zonas desérticas. Se cree que su presencia en Europa es reciente y que fue introducida por el hombre de forma tal vez involuntaria, como mascota que se asilvestró, como simple polizón en alguno de los barcos que siempre han cruzado el Estrecho de Gibraltar o introducida para cazar ratas en los alrededores de las granjas, ya sea por los árabes o por los romanos.

Llegó a Europa desde el norte de África a través de la Península ibérica. Está muy extendida la teoría de que fue precisamente durante la ocupación árabe en el siglo VIII. Sin embargo, esta teoría goza de poco prestigio en la actualidad, y se cree que la introducción de la gineta habría sido más temprana.[cita requerida]
Se tiene constancia de que los romanos tenían ginetas como mascotas en sus casas antes de que los gatos domésticos fuesen importados desde Egipto, y que en tiempos de Augusto se introdujo en las Baleares un misterioso animal bajo el nombre de ictis para que acabara con la plaga de conejos cimarrones que entonces infestaba las islas. Dado que el gato no era conocido por este nombre y que en las Baleares no existen indicios del meloncillo ni de otras mangostas, tal ictis sólo pudo ser la gineta o, si acaso, alguna especie de marta.

Por su aspecto, de estampa felina, la gineta se asemeja a un gato alargado de pelo amarillento a grisáceo, salpicado de motas negras en el cuerpo, y en la cola manchas anilladas. En la cola el pelo es más largo y cumple funciones estabilizadoras en los saltos y persecuciones. El cuerpo puede llegar a los 55-60 centímetros, longitud que iguala o supera la cola, pudiendo superar el metro de longitud desde la cabeza a la cola. La altura en la cruz es de 20 centímetros, y el peso oscila entre 1,2 y 2,5 kilos. La gineta tiene una cabeza cónica que se afina hacia el hocico. Los ojos grandes de color pardo están enmarcados sobre manchas de color blanco que contrastan con una franja negra que rodea la base del hocico; a ambos lados del éste, hay bigotes largos y muy sensibles. Las orejas son grandes y erectas, y redondeadas en su extremo. El cuerpo es alargado y elástico, con unas patas anteriores cortas en contraste con las traseras, más largas y musculadas, que facilitan los hábitos trepadores de este animal. Los pies son redondeados, con uñas semirretráctiles.

Viven generalmente en bosques, pero pueden adaptarse a las praderas, y trepan bastante bien. Se adaptan con facilidad a todo tipo de medios gracias a su escasa especialización (de hecho, resultan bastante parecidas a los miácidos, los primeros carnívoros que aparecieron en el Eoceno y dieron lugar a todos los grupos actuales). Las poblaciones europeas parecen estar desarrollando una resistencia al frío cada vez mayor.

Las ginetas son depredadores nocturnos que viven y cazan de forma solitaria, aunque toleran la presencia de otros individuos de su misma especie en las cercanías. Ocasionalmente, las hembras cooperan en la caza con sus crías subadultas o con algún macho.
En libertad, las ginetas viven alrededor de 10 años, pero en cautividad llegan a los 20. No tienen auténticos depredadores, aunque a veces pueden ser cazadas por algunas aves de presa o por zorros.
En el norte de África se las domestica con cierta regularidad en las zonas rurales, donde, al igual que los gatos, libran a las granjas de pequeños animales. Son animales de mordisco fácil: los ejemplares criados en cautividad deben manejarse con precauciones, pues se van tornando más ariscos con la edad.

De alimentación esencialmente depredadora y carnívora, sus presas principales son insectos, mamíferos pequeños, lagartos y aves; a veces ingieren también frutos, en especial higos y frutos del bosque (moras, bayas, manzanas silvestres, etc.).

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