miércoles, 22 de enero de 2014


Escoger el lugar idóneo para plantar un árbol


Cerezo en flor
Cerezo en flor
La salud, la belleza y la producción de un frutal dependen en buena medida del lugar de plantación que se haya escogido. Hay que pensar en las necesidades del árbol, por supuesto, pero también en nuestra propia conveniencia. De adulto, el árbol no debe entorpecer el paso ni la vista y su silueta puede combinar de maravilla con un macizo de flores o de arbustos pequeños.

Nada impide tampoco dejarle destacar en medio del césped, en lugar de una especie puramente ornamental. Un árbol adulto puede asociarse con vivaces ornamentales, bulbos (narcisos...), arbustos pequeños...

También puede colocarse en una pradera o en el césped. Pero durante el crecimiento, es imprescindible mantener limpio el terreno al pie del tronco. Por otra parte, podríamos caer en la tentación de cultivar verduras alrededor de un frutal, pero no es buena idea, pues la sombra del árbol entorpecería el desarrollo de las hortalizas; si aun así decide hacerlo, evite sobre todo los ciruelos y cerezos de raíces superficiales que impiden trabajar el terreno a su alrededor.

Sol y aire

Un árbol frutal no dará nunca resultados satisfactorios a la sombra o a media sombra. Debe recibir pleno sol durante la mayor parte del día, y esto desde la floración (cuidado con las sombras proyectadas más largas a media temporada que en verano).

Aunque no aprecia las corrientes de aire frío, sobre todo en el caso de los melocotoneros y albaricoqueros, un árbol frutal necesita aire para mantenerse sano. No lo plante en lugares muy poblados, propicios para el desarrollo del mal blanco o cenizo (oídio), el moteado o roña, los pulgones y ácaros.



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