miércoles, 29 de enero de 2014


La protección de las cosechas


Espantapájaros con cd's
No somos los únicos que sabemos apreciar una cereza cargada de zumo y de sol, por eso, es indispensable que tomemos algunas precauciones para proteger a los cerezos de los pájaros, y a los ciruelos y albaricoqueros de las avispas.

Trampas para avispas

Las trampas para avispas son muy fáciles de preparar; llene hasta la mitad una botella de plástico con agua edulcorada con miel. Algunos utilizan restos de zumo de frutas. En la parte superior, haga agujeros de 5 a 7 mm de diámetro. Cuélguela del árbol que desee proteger un poco antes de que madure la fruta. La miel atraerá a las avispas, que se ahogarán en el agua.

Atención: no hay que hacer agujeros muy grandes: las utilísimas abejas correrían el peligro de caer en la trampa.

Alejar a los pájaros

Los pájaros glotones son más difíciles de contener. La colocación en los frutales de las tradicionales redes es bastante delicada, incluso para un árbol de talla pequeña. Además, las redes se convierten a veces en trampas mortales para algunos pajaritos que se enredan las patas en las mallas. ¡Y no hay que olvidar que, pese a todo, son amigos nuestros!

Los espantapájaros pueden tener una cierta eficacia, a condición de que se pongan en el último momento, cuando la fruta ya está madura. Si se puede, hay que cambiarlos de lugar todos los días. Colgados de las ramas, platillos de aluminio, bandas de papel plateado y otros espantajos reflejan el sol y hacen ruído con el viento.

Hay quien afirma que un saco de mejillones bien podridos hacer huir con toda seguridad a nuestros amigos alados por una módica cantidad, ¡pero puede pasar lo mismo con el jardinero y el vecindario!

Otros ha intentado negociar con los pájaros: colocan algunas frutas de fácil acceso al lado del árbol para que no se acerquen a las que se han quedado en las ramas.



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