miércoles, 11 de diciembre de 2013


El lince ibérico


Lince ibérico - Doñana
Lince ibérico - Doñana
Observador sigiloso, veloz en la carrera y con gran capacidad para el salto, el lince ibérico es la última fiera de Europa. El lince, el felino más grande de nuestro continente, es un solitario habitante de los bosques de coníferas que hoy se ha convertido en una especie exclusiva del sur y el oeste peninsular. Pero no siempre ha sido así
 
Hace 3.000 años, el lince poblaba la mayoría de los países ribereños del Mediterráneo, pero ya a principios del siglo XX vivía sólo en buena parte de los montes españoles. Hoy únicamente se conserva un millar de ejemplares de lince, distribuido en poblaciones aisladas en los Montes de Toledo, Sierra Morena y Doñana. Por escasez, el lince está considerado como el carnívoro más amenazado de Europa.

La regresión geográfica del lince, con el consiguiente peligro de extinción, ha sido paralela a la desaparición o degradación de su medio natural. Este bello felino necesita monte, ya que los matorrales y conejos son su principal alimento. Sin embargo, el lince ha tenido que enfrentarse a las urbanizaciones, las repoblaciones de eucaliptos, las carreteras, los cultivos y los cepos.

Acosado y aislado, el lince se ha refugiado en los espacios naturales que aún están poco humanizados. Uno de ellos es Doñana, y aquí se esconden no más de cincuenta ejemplares convertidos en joyas de un territorio que también lucha por sobrevivir. Conocido y popular, el lince no es, sin embargo, fácil de ver ni de oír. Esquiva y reservada, la última fiera de Europa nos mira con sus enormes ojos verdes, levanta sus apinceladas orejas y no tarda mucho en emprender la huida.





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