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| El Desierto de Tabernas |
En la provincia de Almería, situado entre las estribaciones de la penibética y el litoral mediterráneo, encontramos un paraje natural que acoge una zona de media montaña única en toda Europa: el desierto de Tabernas.
Las altas temperaturas y la escasez e irregularidad de las lluvias producen sobre sus suelos, blandos y casi desnudos de vegetación, una erosión intensa y caprichosa. Surcos, barrancos y lomas configuran un paisaje desolador y bello a un tiempo.
La escasa vegetación de Tabernas se reduce a manchas de matorral espinoso y estepas de gramíneas en el cauce de las Ramblas. Las Ramblas se convierten en un auténtico oasis de vida en el que crecen bosquecillos de tarajes y adelfas, bajo cuya sombra habita una fauna más abundante de lo que cabría esperar. Los taludes y barrancos amparan el nido camuflado del avión roquero, El nido túnel del abejaruco y, también, el del camachuelo trompetero.
Las ramblas de Tabernas
La Rambla es una formación propia del litoral mediterráneo. La forman los cauces de los cortos ríos que nacen en las cercanas cadenas montañosas, causes con fuertes pendientes en sus cabeceras y casi horizontales en sus tramos bajos. Cuando la irregular y torrencial lluvia aparece, las aguas arrastran con violencia todo lo que encuentra a su paso, y lo acumulan en las zonas más bajas, en las llamadas ramblas.
En la aridez del desierto de Tabernas las Ramblas son el único foco de humedad y las únicas zonas con posibilidad de uso agrícola. En ellas crecen carrizos, eneas, juncos y adelfas, además de una única especie de porte arbóreo: el taraje.
En el microclima ecológico de las Ramblas sobreviven anfibios, reptiles y algunos mamíferos, y en las oquedades de sus taludes anida una variada gama de aves.
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