El Peñón de Zaframagón |
Buitres leonados sobrevuela una solitaria e impresionante mole calcárea. Es el Peñón de Zaframagón, sus desnudas paredes, sus formas cambiantes y la espectácular grieta vertical hendida sobre él por el río Guadalporcún permiten contemplar un bello paisaje desde la inacabada línea férrea que serpentea su base. por sus abandonados túneles se accede a la reserva natural del Peñón de Zaframagón desde Coripe (Sevilla) o desde Olvera (Cádiz).
En la base del Peñón aparece una vegetación arbustiva con madroños, mirtos, zarzamoras y Espinoz albares, en los que se esconden predadores mamíferos como el zorro, La gineta, el tejón o la comadreja.
A los pies de Zaframagón, agarrados a las peñas, crecen olivos y acebuches sobre los que se posan los alimoches. Arriba, compartiendo el cielo con los buitres leonados, vuelan grajas y águilas perdiceras, y abajo, en la rivera de Guadalporcún, crecen los tarajes y las adelfas entre los aromas del lentisco, el tomillo y la Jara.
El buitre leonado
El Buitre Leonado |
En las sierras gaditanas crían más de setecientas parejas de buitres leonados. El Peñón de Zaframagón es su más importante refugio y desde él estas aves otear el horizonte e inician largos vuelos de reconocimiento en búsqueda de alimento, para retomar de nuevo a la peña, donde anidan y alimentan a sus polluelos.
La permanencia en los cielos gaditanos de la inconfundible silueta de este buitre blanco y negro constituye una buena garantía sanitaria para los campos andaluces. Los animales muertos son rápidamente reducidos a blancos huesos antes de que se pudran sus carnes y vísceras. Con ello, esta ave carroñera cierra el inevitable ciclo ecológico de la naturaleza.
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